En la Alquimia del
verbo se expone una suerte de Ars poética que, sin
importar si fue escrita antes o después de Iluminaciones, permite identificar
una serie de elementos, y digo serie de elementos porque la poesía de Rimbaud se
nos presenta como una serie de imágenes, no La Imagen, sino mas bien como un
catálogo de epifanías, para lo cual he tomado como elemento de análisis el poema
Frases, que en mi opinión, es el eje en el cual giran las demás iluminaciones.
Este poema, compuesto de frases sueltas cargadas de imágenes en apariencia
surreales y de un gran hermetismo, posee también elementos que permiten si no
entender, al menos ver algo de luz en la obra de este poeta tantas veces
mitificado, imitado, fetichizado, coronado rey, pero injustamente condenado al
limbo de los genios inaccesibles.
La afirmación recuerda un poco el sentido de la escritura automática propuesta por Bretón, el movimiento instintivo, la forma y el movimiento; pero, acto seguido se puede leer una línea que derrumba la hipótesis del Rimbaud surrealista:
Hasta el momento tenemos una primera conjetura (pretencioso y errado sería llamarla proposición):
En el orden de ideas expuesto en estas notas, se analiza (en la medida de lo posible) el poema "Frases":
Se destaca la geografía del sitio abajo ¿acaso el infierno o el cielo?, un viejo solo, tranquilo y bello, y extravagante (lujo inaudito) ¿Dios? ¿Satanás? Otro detalle interesante que sugiere mutación o desdoblamiento es el femenino inesperado del final aquella que sabe agarrotarte.
b) Cuando nosotros somos muy fuertes: ¿quién retrocede? Muy alegres: ¿quién se cae de ridículo? Cuando somos muy malvados... ¿qué harían con nosotros?
c)¡Mi camarada, mendiga, niña monstruo! Cómo te es igual todo, esas infelices y esos jornaleros, y mis pesares. Únete a nosotros con tu voz imposible, ¡tu voz!, único adulador de esta vil desesperación.
La frase analizada en el capítulo II concuerda con la hipótesis de lectura planteada a partir de la Alquimia del verbo, a manera de conclusión, la última frase, que da luces sobre el título del libro y permite dilucidar nuevos elementos
Festín nocturno alumbrado por las palabras. El universo de Rimbaud sería la madeja compleja de sus relaciones, y, una vez el poeta fabrica su escenario (recordemos los artesonados falsos de la alquimia del verbo), danza, ríe o simplemente vive.
En la Alquimia del verbo,
Rimbaud dice:
"Reglamentaba la forma y
los movimientos de cada consonante, y, con ritmos instintivos,"
La afirmación recuerda un poco el sentido de la escritura automática propuesta por Bretón, el movimiento instintivo, la forma y el movimiento; pero, acto seguido se puede leer una línea que derrumba la hipótesis del Rimbaud surrealista:
me creía capaz de
inventar un verbo poético accesible, uno de estos días, a todos los sentidos.
Me reservaba la traducción.
Un verbo poético accesible a todos los sentidos,
recordemos que en la carta del vidente al profesor Izambard, Rimbaud propone
para hacerse vidente un largo, inmenso y razonado
desarreglo de todos los sentidos; quiero hacer hincapié
en el término razonado, el poeta no desecha en
ningún momento la función de la razón, propone en últimas un desarreglo
calculado, premeditado, matemático y preciso de los sentidos, no en vano su Ars
poética se titula la Alquimia del
verbo, haciendo alusión a esta
rama de la filosofía natural cuyo objeto --entre otros tantos-- era el de
transformar los metales en oro y encontrar el elíxir de la eterna juventud o la
piedra filosofal bajo el principio de la transmutación. Existe una
correspondencia de verbo poético accesible y el oro, además se sugiere entre
líneas una función creadora, transmutadora o eternizante de la palabra, más
específicamente del verbo poético. Además, la cita termina con una
desalentadora confesión:
Me reservaba la
traducción.
Lo cual sugiere un significado que, por muy
complejo que sea, existe casi como la escritura de un jeroglífico del que se
declara como único poseedor del código. Lejos está de ser la poética de Rimbaud
una poética surrealista, la presencia de la razón y el jeroglífico que esconde
un significado complejo, son argumentos suficientes para falsearla.
No quiero decir que la poética de Rimbaud
consignada en la Alquimia del
verbo sea metódica o
científica; decir eso sería descartar las primeras líneas en las que habla de
movimientos
instintivos; si no más bien que, al
igual que la alquimia, intenta bajo el principio aristotélico de la materia, en
el que la transmutación es un mero cambio de forma, establecer un puente o vaso
comunicante entre la materia y la eternidad, donde la materia es la palabra, que
al ser denominada como verbo poético se traduce como acción poética, encontrando
así una estrecha relación con la vida
Se puede conjeturar una primera secuencia de
elementos que se transforman:
Instinto - lenguaje - palabra - verbo poético
(oro) - acción poética - vida poética - vida eterna (piedra
filosofal).
La existencia de un código, que por su
complejidad se confunde con la inexistencia del mismo, se puede leer también en
la Alquimia del
verbo:
¡Yo inventé el color de
las vocales! A negro, E blanco, I rojo, O azul, U verde.
Sería ingenuo pensar que este es el código, lo
que sí es claro es la insistencia en la correspondencia, en la creación de lazos
entre cosas y conceptos, pareciera que el principio de permutación estuviera
motivado por estos cables invisibles que conectan el mundo visto y vivido por
Rimbaud.
Hasta el momento tenemos una primera conjetura (pretencioso y errado sería llamarla proposición):
Rimbaud establece vasos comunicantes o cables
invisibles entre las cosas del mundo, su obra entonces no es mas que la compleja
madeja de uniones y desuniones que se pueden entender como transformaciones que
apuntan a la búsqueda de la piedra filosofal, que no es otra cosa que la
eternidad, y que en el contexto de la poética de Rimbaud es la vida poética como
fin último, o el silencio.
Antes de dilucidar una serie de elementos sueltos
que se encuentran en el poema Frases considero pertinente
comenzar con la "frase" clave en la hipótesis de lectura a la que apuntan estas
notas:
Tendí cuerdas de
campanario a campanario; guirnaldas de ventana a ventana; cadenas de oro de
estrella a estrella, y danzo.
La acción de tender cuerdas, de conectar
elementos que están en el orden de ventana-campanario-estrella, aluden a la
acción de poetizar el mundo; el joven Rimbaud, danzarín inquieto, conecta los
elementos del universo desde los más bajos (ventanas) hasta los mas altos
(estrellas), ¿qué queda?. El monumento poético que no entendemos, la madeja sin
solución que es su obra poética. Luego, sobre un techo de nudos y
correspondencias, simplemente danza. Ahora sí puede danzar, vivir poéticamente y
callar.
En el orden de ideas expuesto en estas notas, se analiza (en la medida de lo posible) el poema "Frases":
FRASES
a) Cuando el mundo quede
reducido a un solo bosque negro para nuestros cuatro ojos asombrados, --a una
playa para dos niños fieles, a una casa musical para nuestra clara simpatía--,
te encontraré.
Hay una alusión directa al verbo reducir, en
nuestro orden de ideas lo podemos entender como deseo de transformación, reducir
para lograr la quintaesencia del mundo, de nuevo Rimbaud pretende "armar su
escenario", este fragmento no dista mucho del citado en el capítulo anterior,
hay una preparación del terreno, una transformación del mundo, para luego
"danzar" o "encontrar". Reducir el mundo es también la acción de simbolizar,
nótese también el contraste de negro a blanco que se da en el fragmento:
bosque
negro como ambiente propicio
para nuestra clara
simpatía,
se ve entonces la mutación del mundo en el paso de lo oscuro a lo
claro.
Que no haya aquí abajo
sino un viejo solo, tranquilo y bello, rodeado de un "lujo inaudito"... y estoy
a tus rodillas.
Que haya yo realizado
todos tus recuerdos --que sea yo aquella que sabe agarrotarte--, te
ahogaré.
Se destaca la geografía del sitio abajo ¿acaso el infierno o el cielo?, un viejo solo, tranquilo y bello, y extravagante (lujo inaudito) ¿Dios? ¿Satanás? Otro detalle interesante que sugiere mutación o desdoblamiento es el femenino inesperado del final aquella que sabe agarrotarte.
b) Cuando nosotros somos muy fuertes: ¿quién retrocede? Muy alegres: ¿quién se cae de ridículo? Cuando somos muy malvados... ¿qué harían con nosotros?
Engalánate, danza, ríe... yo nunca podré tirar
el amor por la ventana
Es de resaltar el contraste de la belleza de la
última frase con su forma intensamente coloquial. Pareciera tener un lugar
común con la frase Tendí cuerdas de
campanario...
c)¡Mi camarada, mendiga, niña monstruo! Cómo te es igual todo, esas infelices y esos jornaleros, y mis pesares. Únete a nosotros con tu voz imposible, ¡tu voz!, único adulador de esta vil desesperación.
La primera oración del fragmento ¡Mi camarada, mendiga,
niña monstruo! es típica frase de
Baudelaire, de hecho toda esta frase tiene gran influencia baudeleriana. Cabe
anotar la sugerencia del canto como salvación del spleen, la voz casi mendicante
como vaso comunicante para la creación del mundo.
Una montaña encapotada,
en julio. Un gusto de cenizas vuela en el aire; un olor de madera sudando en el
fogón, de flores empapadas --el trastorno de los paseos, el vapor de las
acequias en los campos-- ¿por qué no ya los juguetes y el
incienso?
Este fragmento alude al spleen baudeleriano y evoca con
nostalgia una infancia sagrada --¿por qué no ya los
juguetes y el incienso? Únete a nosotros con tu voz imposible, ¡tu voz!, único
adulador de esta vil desesperación.
d) El alto estanque humea continuamente. ¿Qué bruja
se levantará contra el poniente blanco? ¿Qué follajes violetas van a
descender?
Es quizás, de todas las frases, la más compleja.
Los elementos estanque, bruja, follajes, aparecen en el primer poema de las
iluminaciones Se sugiere un diluvio
de abajo hacia arriba, la vuelta a un momento inicial gobernado por la maldad o
el misterio. La referencia al aburrimiento en el fragmento de después del
diluvio puede ser la motivación de esta frase, Rimbaud desea una irrupción
abrupta en el mundo, gobernada por el mal y el misterio, otro indicio de
transformación del mundo. La bruja evoca también el conjuro, la oscura fórmula,
es en cierta medida, la alquimia.
e)
Mientras los fondos
públicos se esfuman en fiestas de fraternidad, repica en las nubes una campana
de fuego rosado.
Vuelve el elemento común de la campana (antes
campanario), se puede entender como la existencia de un mundo paralelo al mundo
cotidiano de los otros, mientras aquí pasa esto, allá en el mundo de Rimbaud, en
otro lado, y solamente percibida por él, la campana de fuego
rosado.
La frase analizada en el capítulo II concuerda con la hipótesis de lectura planteada a partir de la Alquimia del verbo, a manera de conclusión, la última frase, que da luces sobre el título del libro y permite dilucidar nuevos elementos
Avivando un sabor
agradable a tinta china, un polvo negro llueve dulcemente sobre mi vigilia.
Matizo las luces de la araña, me arrojo en la cama, y, vuelto hacia la sombra,
os veo, ¡mis muchachas, mis reinas!
En realidad, la traducción de Suescún no es
afortunada en este fragmento, el traductor interpreta Veillée
como vigilia, cuando en realidad traduce velada, la oración quedaría
así:
Avivando un sabor
agradable a tinta china, un polvo negro llueve dulcemente sobre mi
velada.
Es importante la diferencia, pues vigilia no deja
espacio para la alucinación. Aunque tampoco es la alucinación el estado que
Rimbaud pretende, pero se deja abierta la posibilidad (en la Alquimia del
verbo habla de alucinación
simple). La velada implica
noctambulismo, la presencia de la noche. Las palabras como un polvo de tinta china
llueven sobre el insomnio
o sobre la noche, en cierta manera las palabras iluminan la oscuridad de la
noche. No deja de inquietar el verbo poético como el oro y la palabra como
iluminación, parece aquí haber una fina correspondencia.
Para terminar, velada
en el diccionario de la Real Academia de la Lengua se define como:
1. Acción o efecto de
velar 2. Concurrencia nocturna a una plaza o paseo público, iluminado con motivo
de alguna festividad. 3. Reunión nocturna de varias personas para solazarse de
algún modo. 4. Fiesta musical, literaria que se hace por la
noche.
Es contundente la definición (si Suescún hubiese
mirado el diccionario sin duda la hubiera puesto), el libro
Iluminaciones está escrito por el verbo poético, que en Rimbaud es oro, y en este contexto: luminosidad.
Iluminaciones está escrito por el verbo poético, que en Rimbaud es oro, y en este contexto: luminosidad.
Festín nocturno alumbrado por las palabras. El universo de Rimbaud sería la madeja compleja de sus relaciones, y, una vez el poeta fabrica su escenario (recordemos los artesonados falsos de la alquimia del verbo), danza, ríe o simplemente vive.
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