"Tokio Blues: Norwegian Wood"



Hace varios meses me di cuenta de que algo dentro de mi estaba muriendo, sabía que era algo que siempre ha estado viviendo en mí pero no sabía que era -incluso hoy aún no sé muy bien que es-. Hacía creo que alrededor de un año que no me leía un libro secular, ni una pieza literaria y ya me estaba sintiendo rara. Era eso. Lo note al momento en que comencé a redactar un ensayo acerca de la Independencia de México y no supe como referirme ni acomodar las ideas que vagaban en mi mente. "¡Vaya!" pensé, "esto no está bien", así que me decidí a comprar un libro para volver a las andadas literarias.


Entré a la librería y vi a lo lejos cierto libro que vi hace tiempo en una revista y había llamado inexorablemente mi atención. Lo tomé y lo compré.


La idea de leer un libro proveniente de un autor japones me fascinaba pero ya al momento de leer la primera línea me dí cuenta que yo ya no era la misma. No entendí lo que Murakami había escrito en aquella primer página. Sentí que las letras se me habían atorado en mi garganta; no podía digerir la lectura así que dejé el libro guardado en un rincón de mi habitación y me olvidé.


Pasaron varios días cuando retomé la lectura y aunque aún no la lograba digerir, seguí leyendo. Al correr de las páginas descubrí la historia y pude sumergirme en ella con total gusto.

Horas crepusculares conversando con Watanabe y la misteriosa Naoko.


Estando sentada en un pequeño bote gris escuchando atenta las anécdotas y melodías de Reiko.
Inernada y lúcida en el turbulento Tokio.
Ilustrandome con Nagasawa...
Tokio Blues ha sido una experiencia exquisita.

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