Raciocinios inexplicables hacia un perfecto violador

Un helado de vainilla no me salvaría hoy; ni mañana.

Me encuentro demasiado atareada como para ofrecerte una decente redacción lector mío, pero es que no te he comentado con detalle las patéticas desgracias que como adolescente he padecido.


Todo es una boludes, de principio a fin.

Te lo diré a puro títere por que ando alucinando y tengo que salir pronto de aquí.

Mira tú, que la muñequita frustrada se vino a entorpecer con un violador de escritorios, ¿cómo la ves querido amigo lector?. La muñequita imperfecta al principio ni se fatigaba en voltear dos veces a mirar al violador, pero desde que éste grito, la muñequita se perturbó bien bonito, y desde ese instante no lo pudo sacar de su mente. La estúpida muñequita se enamoró.

Tal vez te preguntes, ¿cómo es qué a una muñequita imperfecta le puede atraer un humilde violador de escritorios?. Déjame explicarte, querido amigo lector, que yo no sé muy bien, ni la muñequita tiene la explicación, ya que hay una ley de vida que dice:

que donde hay amor
no es cosa de la mente,
si no del corazón.


Raciocinios inexplicables siente la muñequita hacia el violador.

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