"XI" (Pablo Neruda, Cien sonetos de amor)


Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo, /  y por las calles voy sin nutrirme, callado, /   no me sostiene el pan, el alba me desquicia,/ busco el sonido líquido de tus pies en el día.

Estoy hambriento de tu risa resbalada,/ de tus manos color de furioso granero,/ tengo hambre de la pálida piedra de  tus uñas, /quiero comer tu piel como una intacta almendra.

Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,/la nariz soberana del arrogante rostro,/quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
 
Y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo/ buscándote, buscando tu corazón caliente/como un puma en la soledad de Quitratúe.

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