Cataclismo fabuloso

¿De qué hablo?
De la vida.

Vida mía, vida hermosa, pobre vida...

¿Dónde estoy?
No sé si sé que no sé.

La vida para mi es un compendio. Yo simplemente no concibo la idea de conseguir "estabilidad". No me gusta. No. No. Es por eso que decidí no estudiar la carrera de medicina, ¡ah!, porque déjenme y les cuento que yo pretendía estudiar para llegar a ser una buena y reconocida cardio cirujana. Ja, ja, ja. Pero la verdad es que ese cuento de estudiar una carrera por diez años más, empezar a ejercerla, casarme, tener una casa, trabajar en un hospital de tal hora a tal hora, tener hijos, aprender a hacer de comer, blah, blah, blah... NADA MÁS NO ES LO MIO. Agh! sólo de pensarlo ya me da como que asco. Sí, sé que es bonito saber que todo irá bien y todo el rollo, pero para mi eso no es vida. Yo necesito la emoción, la adrenalina, los retos, las escaladas, viajar constantemente y hacerle saber a medio mundo lo que no pueden ver por sí mismos, pasar hambre y frío, trabajar para conseguir trabajo, escribir miles de historias, aprender muchos idiomas, conocer millones de personas alrededor del planeta, salir a escena para poder oír una vez más los aplausos de la gente, esos aplausos que le dan calor a mi alma y me destapan los oídos para escuchar que aún estoy aquí. Quiero ser invisible por unos días bajo un inmenso bosque en Rusia a lado de mi prometido y ser observada 22 horas cada día por los paparazzis. Desayunar mi cafe matutino, comer chicle y cenar té. Predicar cuando mi voz pueda ser escuchada y hacer algo más que sólo existir, sin importar cuan pisoteada, abucheada, perseguida o amenazada pueda llegar a estar, porque, ¿saben?, esto es vida para mí.

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