Mi poeta, mi bello poeta… tomó mi mano, pero jamás me devolvió a la luna…
Como toda mujer que se entrega y ama, le creí…
¡Ya sé! ¡Ya sé! ¡Que tonta fui!
¡Juego bastardo!
Y le dije: "Después de prometerme amor eterno, ¡Simple mortal!
¿Donde ha quedado todo?
¿Dónde escupo los besos?
¿Cómo se matan las palabras?
(A alguien del público)
¿Cómo se mata el “TE AMO”?
¿Cómo oxido el brillo en mis ojos?
¿Cómo lo hago?"
(…)
Él, con todo su cariño, me bofeteó, ¡me llevó en el carro! ¡-me saco a patadas! ¡me golpeo! ¡me quitó mi anillo! Y me dijo: " NO LO MERECES…
No lo mereces…"
¡Metió una botella en mi cuerpo! Y dijo:
"Querida, esta noche, conmigo brindarás…"
¡Ni eso fue más grande que el dolor de mi luna…!
Ni arrojarme al barranco muerta, al vacio,
… porque besándome,
lo había hecho antes.
Comentarios
Publicar un comentario